Orígenes de La Parroquia
La Parroquia Virgen Milagrosa se erigió en el año 1953, siendo Obispo de Málaga el Cardenal don Ángel Herrera Oria. Tras la guerra civil, la Hermandad de la Piedad se ubicó inicialmente en la parroquia de los Santos Mártires y posteriormente en la Capilla de la Cruz del Molinillo que pertenecía en aquel entonces a la Parroquia de Santa Teresa y la Divina Pastora. En el año 1953 se erige canónicamente la Parroquia de San Dámaso, pero al no encontrarse un solar para su ubicación, se postergó el proyecto de construcción de un templo parroquial hasta mejor fecha. Será mucho más tarde, en 1972, siendo Obispo de Málaga Monseñor Suquía Goicoechea, cuando se retoma la idea de construir el templo, apremiados ya por la necesidad del mismo. El Obispo le encargó la realización y gestión de la Parroquia al Rvdo. Don Manuel Ramos Carrasco, párroco por aquel entonces de la Parroquia de Santiago, Casarabonela.
En un primer intento, se procura que el templo de las Madres Mercedarias pueda convertirse en el futuro Templo parroquial, mediante convenio con la mentada Orden, pero dicha iniciativa resulta infructuosa por causa de la negativa de las Madres Mercedarias a llevar a cabo dicho proyecto. Ante dicha contrariedad, don Manuel Ramos se dirigió al Colegio San Juan de Dios “La Goleta”, de las Hijas de la Caridad, interesándose por unos terrenos que poseían en Calle Salamanca, en el actual INEM, que antiguamente fue una escuela de varones. Tras haber sido vendidos estos terrenos, las Hijas de la Caridad, cuya superiora era Sor Mercedes Jiménez, cedieron unas clases del Colegio Jesús y María. Será el 11 de diciembre de 1972, cuando la parroquia comenzará a funcionar en dichas dependencias.
Establecido el Templo parroquial se procede a la asignación del territorio de la Parroquia de San Dámaso, territorio que afecta a la Parroquia de Santa Teresa de Jesús y la Divina Pastora, ya que una parte se segrega de esta Parroquia. Consecuencia de ello será que la Hermandad de la Piedad pasa a formar parte de la Parroquia de San Dámaso, cambiando su sede canónica a la esta última. Don Manuel Ramos queda, pues, nombrado como Director Espiritual de la Cofradía y también formaría parte de la Junta de Gobierno.
Al no disponer de Casa Hermandad y de un templo de las dimensiones apropiadas, la procesión se formaba en calle Alderete, donde se iban agrupando las diferentes secciones de la Cofradía. Los cultos de la Hermandad se realizaban en la Parroquia pero, dadas las dimensiones de ésta, se celebraban en la Capilla del Colegio “La Goleta”, que era algo más grande. Durante más de tres años, siendo el Hermano Mayor don Francisco Fidel Molina, el día 15 de septiembre, se celebraba una misa de campaña en un extremo de la calle San Bartolomé. La Virgen se ponía en unas andas y se adornaba la calle con un dosel, una cruz, flores y macetas. A este acto, además de asistir los hermanos, acudían muchos miembros de la parroquia. De la parte musical se encargaba la Banda de Miraflores. Desafortunadamente, dejó de celebrarse por los problemas de tráfico y ruido que se ocasionaban. Nuestro párroco, don Manuel Ramos, asistía a los cabildos de la Hermandad, votaciones y a la procesión de cada Viernes Santo. Es de mencionar los desvelos y trabajo que supuso para él, tanto como para Juan Antonio López Santiago, durante muchos años sacristán de la parroquia, que se encargaba de poner las flores con Conchita Rodríguez Pineda y Francisca Díaz Pugas, que siempre mimaban de una manera muy especial a la Virgen.