Desde la Real Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad queremos agradecer a todos los hermanos su comprensión, comportamiento en la Iglesia y Casa Hermandad, y por los momentos vividos de oración y recogimiento en la noche del Viernes Santo. Nuestra Señora de la Piedad nos aguarda desde su Capilla. 

«Quedaron las dalmáticas abrazando unos bancos de madera, volvieron las túnicas a la bolsa de papel, en espera de la percha en la que dormitar durante el tiempo que vaga entre Cuaresmas. Afloraron las lágrimas que Ella ya no llora por haberlas gastado todas, y dimos el abrazo que Ella misma abraza buscando el consuelo que Ella ya no encuentra. Pero ayer fue Viernes Santo y volvimos a sentir el orgullo de ser hijos de tan Divina Madre, de ser hermanos de Piedad. La lluvia no permitió nuestra salida penitencial, pero seguiremos saliendo cada día para dar testimonio de la fe que proclamamos. A fin de cuentas, ella tiene casita a pie de calle, y nos convoca ante ella en esa Capilla en la que Dios puso su embajada. SALID a su encuentro que Piedad está en la calle, en el corazón de cada uno de nosotros, sus hijos. Un fuerte a abrazo a todos mis hermanos de la Real Hermandad Nuestra Señora de la Piedad.» Augusto Pansard.

 

Fotografías de Rafael Fernández Pacheco y Beatriz Repesa